"ORGULLO QUE DUELE"

Orgullo que duele...en mundos de reivindicaciones, espero llegue el día en que no existan más etiquetas. Los casilleros son útiles para los necios que necesitan entender aquello que los interpela. Orgullo que duele... por los que no están, los que fueron señalados , apartados, postergados y despreciados. En sus trabajos , en sus familias, en su ciudad, en su pueblo... por la simple pretensión de "SER". Espero que llegue el día en que no exista más la falsa actitud friendly, que sólo nos observan como una buena oportunidad explotar a buenos clientes. Espero que nunca más existan formularios, que con pretextos médicos o laborales predispongan, seleccionen y orienten una asepsia y trato particular, para los que consideran anormales, enfermos o "comunidades de riesgos", a los que hay que excluir. Día del orgullo, espero algún día que sean definitivamente olvidados, los términos como LA LOCA, LA TORTA, LA TRAVA , LA PUTA, EL PUTO, y tantos otros que sólo están en las conciencias de quienes egoístamente pretenden un mundo uniforme, binario. Orgullo de quienes nos acompañan en viejas heridas que son ya cicatrices y que nos abrazaron y nos brindaron siempre su apoyo. Que brillen los siete colores, que son colores de la humanidad del amor y la paz. 

DEDICADO A MI  AMIGO LUIS GRIMOZZI , MUERTO EN UN ASESINATO HOMOFÓBICO, SIN JUICIOS, NI CASTIGOS, NI INVESTIGACIONES. ESTARÁS VIVO EN TODOS LO QUE TE CONOCIMOS Y  RECORDAMOS,  EN TU ETERNA ALEGRÍA. 

 

ARGUMENTO DEL AFICHE : DIBUJO DE GRANDES DIMENSIONES 2 mts por 1,50

El planteo es un simulacro cotidiano de confrontación en el escenario de la calle donde se dispone una pareja de viejos en un beso apasionado, como elementos protagonistas de un ensayo.

Los escenarios urbanos son para mí, muy sugestivos. Paisajes de duro cemento, gente en movimiento, reflejos que todos ignoran, mezclas de humo y bullicios. Como una eterna conformista estructurada, la ciudad se despliega en sus ritmos, cotidianos, y en ellos atiendo a los odios culturales. Innumerables escenario, son donde se desenvuelven las conductas, todas ellas fugaces, vivas, repetidas. Choca un conductor con otro, ya se sabe alguien se baja con su gesto obligado de ira. Los dos piensan...el otro tiene la culpa. Pocos diálogos, el más fuerte quiere establecer sus discursos de violencia. Eso es lo cotidiano, previsible, mundano. Gente que pasa, gente que pide, gente indiferente, gente apurada. Ruidos de bocinas, motores, innumerables pasos, balbuceos, orquesta sintomática de la cotidianeidad. Yo allí, ellos allá, él allá , aquello , esto , eso . Todo dispuesto testificando la rutina, la lenta agonía del futuro o el porvenir, en una previsible manía y psicopática, todo se desenvuelve y se sabe. Yo, ellos, él, por azar seremos protagonistas sobretodo en ese escenario de intolerancia que contiene la calle.

Mi obra:

Busco en esa monotonía de intolerancias, sostenidas  por la adrenalina y estrés de la impotencia, plasmar la interpelación, la interrogación. 

 Busco en el desencuentro, plantear que existe el encuentro, que entre los gritos y vértigos de la guerras cotidianas que nos obliga a algún  protagonismo o indiferencia, la presencia de una pasión "el amor". Que pese al histórico momento cultural de las reivindicaciones de género,  trato de poner en una evidencia que se trata de olvidar, ese "beso" dentro de esa cotidianeidad de queja acostumbrada,  trata de cuestionar esta cultura del odio y la intolerancia, o del el  olvido, en una cultura que atiende sólo al grito. 

Dos temas en este escenario "la vejez" y la homosexualidad. Temas que en combinación hacen a sus protagonistas poseedores de un estigma social que en este contexto cultural se hace silencioso. Viejos, que en su estado no tienen capacidad de gestionar o agitar protestas y más como homosexuales que pese a las algunas prerrogativas otorgadas o ganadas ( matrimonio igualitario) No es suficiente para la verdadera inclusión cultural.  No es común ver a dos viejos gays que muestren su amor públicamente?  , es fácil para un matrimonio igualitario tener una familia? , bajo un sistema de adopción aletargado en el mejor de los casos o frenado en un mostrador cajoneando por ciertos prejuicios?. La resignación por ahora, ha ganado y envolvió como un velo a estos viejos, olvidados , como rezagos humanos a los que simplemente hay que dejarlos continuar al margen de ese ritmo inapelable de un  presente donde sólo parece que se atiende al grito, sin tiempo a retrospecciones ni correcciones inmediatas. 

Vuelvo a decir, la ciudad eterna conformista, en esta oportunidad arriesga su hipocresía. En sus cotidianos desencuentros, los cansados sólo poseen el recuerdo y sólo tienen la implacable elección de sintetizar su momento al Amor allí , en la calle de la queja , allí se interpela. 

Ellos allí en medio de eso, esa ira, esa intolerancia. Qué vendrá... qué destino habrá... la ira se detendrá... los ruidos se callarán... será más fuerte el respeto que los gritos, los protagonistas de su amor , tendrán un lugar de encuentro real en su cultura?}